lunes, 11 de febrero de 2013

Mujer atemporal.


Han pasado quince años y ahora eres una mujer madura
con los ojos negros del abismo de tu vida.
Han pasado segundos que cicatrizaban tu cara
al frío del viento en cualquier ciudad,
han pasado y ya no están.


JMGJ



ERAN

Eran odio y amor,
paciencia y desenfreno,
tan leales como el viento a la falta de presión.
 Sumisos al desorden,
mirada de soslayo al frente,
encuentro de realidades combatientes.
Eran dos surcos en la  tierra calma,
cada uno a su sitio dirigido,
y se encontraron, manejados sin saberlo,
controlados en la inmundicia del placer  banal.
Eran negro y blanco,
noche y día que no se separaban ni a sol ni a sombra.
Eran hielo y fuego sobre la arena de la playa.
Eran dos sombras en la luz
y luz para las sombras pasadas.
Eran eco de muchas voces
y voz propia aterciopelada.
Antes de uno fuego traía,
antes de ella, educación.
Simpleza contraria a la lógica,
pero muy humana.


José Marcelo García Jiménez