el faro se apaga,
se apaga el faro,
su luz tiene la calma de un viento tardío.
Pienso en aquellas noches
pienso en el momento de varias soledades:
soledades del cemento que recorrí.
Recuerdo el huracán, tan vacío.
Su aire lejos.
La luz borrosa a mis ojos se va apagando,
bebe negrura de mis noches.
Dentro del faro
luciérnagas molestan,
dejan a su paso un haz de luz
que recuerda tu cara, de noche, tan perfecta.
Y luego la negrura lo absorbe todo,
y desaparece la luz y la vida se llena de lodo.
Del barro negro que hoy es polvo y mañana,
como del aire esquirlas,
se irán volando de mí, mis cenizas.
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