martes, 24 de septiembre de 2013

Oda a la literatura

(poema prosaico desestructurado en el origen)



Muchas frases sueltas, tengo
suerte de editarlas.
Yo que era un idealista...
colgaba letras en perchas de papel,
recorría escaleras muy arriba,
me dejaba influenciar
                  -una pleamar, un camino luengo-

Yo devoraba los libros
y ahora me quedan frases sueltas
de todos ellos.

De un Alejandro Dumas
la espada llena de tinta,
un florín atravesando terciopelo,
un libro de Marx nadando
en el basurero
fue sin duda el siguiente paso
que un mosquetero, o
cualquier sabueso de Conan Doyle
hubieran dado.
La Enciclopedia de la Magia,
un volumen de verde estampado
consiguió liberar un día páginas olvidadas:
muchas frases sueltas tengo en la cabeza:
Alfanhui, El buscón llamado Don Pablos,
magnánima vida de todos, satiricón,
envidia en mansiones viejas,
atrevida
lección que da una dama desfallecida
en un malecón, la colección RTVA,
los libros del mercadillo, trescincuenta
el ejemplar, colores modernos,
una infinidad de frases sueltas.
El médico a palos, el enfermo imaginario,
Axerquía, un diccionario,
el gotelé en las paredes y la estantería
llena de buenos y malos.

Coleccionaba, a veces, muchísimos títulos,
todos perfectamente ordenados. Pero solo
el encabezamiento ya me desbordaba: Pericles,
Hermes, La Ilíada,
Venus escondida en Marte, Ana buscando a Karenina,
y el general, perdido en su laberinto,
así me sentía yo entre tanto libro.

Por eso ahora solo tengo frases sueltas,
best-seller, book, una base de datos
llena de muestras.

¿A qué quiere esta noche oler?
A batalla drama mierda de representación,
una bocanada de aire fresco
resuelve mi elección; es Fausto
una vasta fiera, un médico del corazón.

¿Qué me ofrece esta noche?
Frases sueltas de Ampythrion, un montón
de poemas, un calendario de novela,
una bella y profunda canción.

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