lunes, 5 de agosto de 2013

Oh Señor, respóndeme!
Señor de las alturas infinitas
que he podido comprobar,
palmo a palmo, huecas,
compláceme con respuestas.
Sabiduría de libros.
Aprehendida, en la solapa
de mis pensamientos, prendida
cual alfiler.
Ya no me salva ni el purgatorio
porque he quemado tus normas,
sin embargo exijo respuestas
a mis oraciones.
Rezo por dentro, en cueros,
como me han enseñado.
Y por más que evoco tu figura
se me aparecen siempre las
mismas imágenes. Locura
estudiada. Ficción aprendida.
Un crucifijo vacío y muy pesado
para la moral cotidiana,
una puerta abierta al desafío.
Oh Señor, respóndeme alguna vez!


No hay comentarios:

Publicar un comentario