viernes, 31 de mayo de 2013

Este segundo es un abismo,
este áspero despertar sin horizontes de futuro,
arde y se volatiliza.
Y acabamos, al siguiente, recordando.
Qué triste manjar de tiempo
y de argucias para detenerlo.
Ahora los cuadros, las rayas,
el alisado,
ahora las puertas, las ventanas,
el adosado,
la envidia de los noventa,
el salvaje oeste,
la dolce vita no  la verán los parados,
el hambre,
cada segundo tuyo, destripado,
ardiente,
sangre efervescente,


lluvia

         que

 no moja.

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